Príncipe Felipe
El Príncipe Felipe, esposo de la Reina del Reino Unido, Isabel II en su viaje por Brasil, con fecha 19 de marzo de 1992, visitó el Cerrado brasileño, más concretamente la ciudad de Pirenópolis, donde estuvo presente en la apertura al público de Fazenda Vagafogo visitación, En ese momento, la hacienda tenía una sociedad con la embajada británica, a través de la organización no gubernamental (ONG) Fundação Pró-Natureza (Funatura), para establecerse como la primera Reserva Privada de Patrimonio Natural (RPPN) en el estado de Goiás, financiando la construcción de su centro de visitantes.
“Era presidente de WWF, el Fondo Mundial para la Naturaleza, y venía a Brasilia para inaugurar la sede de WWF en la capital federal. Cuando vio que también había apoyado esta zona del Cerrado, quiso conocerla y ser parte de ella”, dice la propietaria de la reserva, Catarina Schiffer, quien junto a su esposo, Evandro Ayer, acogieron el príncipe.
Ella afirma que todo fue muy rápido e intenso. “Su llegada fue ansiosa, alegre y difícil, porque ¡imagínense recibir a una persona que tenía varios títulos! Fue muy interesante y hermoso ser parte de eso”. Catarina recuerda que, cuando supieron que el príncipe se dirigía a Pirenópolis, la gente se reunió en el puente de madera y empezó a ondear banderitas cuando pasaba el coche de la embajada con él.
La visita a la finca duró unas horas, contó con una recepción con miembros de la embajada, el British Council Institute y la ONG, e incluyó un pequeño recorrido por la zona con un número limitado de personas, para que Philip pudiera llegar a Conocer el bosque y tener una visión de lo que es el Grueso. “Era un tipo curioso, había investigado antes, leído y sabía qué animales andaban por aquí”, dice Catarina.
Considera que la participación del príncipe en la inauguración de la finca es un hecho hermoso, curioso, que forma parte de una historia que funcionó, en lo que a preservación y sustentabilidad se refiere. “Celebramos 30 años abiertos al público y trabajando con la educación ambiental, haciendo lo que se proponía. Es un gran negocio que funcionó y no deforestamos para sembrar arroz”, enfatiza.
En el centro de visitantes de Fazenda Vagafogo, hay una foto de la visita del príncipe Felipe, con él junto a Catarina y Evandro, y una carta del monarca enviada por la embajada británica. En el documento se encuentra su agradecimiento por lo que calificó como un interesante viaje al santuario de la pareja y afirma que disfrutó siguiendo el sendero hasta el bosque hablando de los árboles y la conservación del lugar. Aún así, que estaba extasiado con las gelatinas que ganó.